lunes, 26 de julio de 2010

Entrevistas con personajes conocidos del mundo del terror.

Entrevista de Pechuga de Pollo Mutante al Hombre Lobo Godofredo Peludo.

Pechuga de Pollo Mutante: Buenas, estimados lectores, tanto masculinos como femeninos de Escritos de Pesadilla. En un nuevo cometido dentro de la empresa, pues no nos queda otra que realizar varias funciones simultáneas a cambio de recibir como ingresos un euro y medio como suculento salario mensual por parte de nuestro jefazo, Robert “El Maléfico”, me veo en la ingrata tesitura de tener que entrevistar a personajes terribles, horripilantes y desnaturalizados del mundo del terror y del miedo más angustiante.
En este caso empezaré con el Hombre Lobo Godofredo Peludo. Te doy la bienvenida a Escritos de Pesadilla.
Hombre Lobo Godofredo Peludo: (Aullido penetrante) (Mirada lobuna centrada en la Pechuga de Pollo Mutante, con la saliva corriéndole desde las comisuras de la boca, con ganas de zamparse al entrevistador).
Pechuga de Pollo Mutante: Bueno, nene, ya he hecho la introducción, así que espero que sepas pronunciar alguna palabra coherente entre aullido y aullido lupino.
Hombre Lobo: (Nuevo aullido). Más o menos, Pechuga de Pollo. En la metamorfosis la lengua se me ensancha contra el paladar, y me cuesta, pero consigo charlar con cierta consistencia.
Pechuga de Pollo: Veamos. En la ficha personal tuya me consta que tienes ya ochenta y nueve años. Mides un metro cincuenta y pesas cuarenta kilos.
Hombre Lobo: Así es.
Pechuga de Pollo: Pues qué quieres que te diga. Que inspiras más risa que miedo. Vamos, que cuando ibas al colegio, los demás chicos lobos abusarían de ti.
Hombre Lobo: Sinceramente, eso es lo que ocurría. Me ataban al tronco de un pino y me forzaban a separar las mandíbulas, haciéndome tragar truchas crudas del río contaminado cercano, porque donde yo vivía, había una central nuclear.
Pechuga de Pollo: Así que siempre fuiste un niño lobo acomplejado.
Hombre Lobo: Si. A los doce años me fugué de casa y desde entonces me dio por vivir en plena naturaleza salvaje, alimentándome de piñones, hierbas comestibles y truchas de río. De hecho, me aficioné a esa clase de pescado por lo anteriormente reseñado.
Pechuga de Pollo: Me estás insinuando que eres vegetariano, si exceptuamos lo de las truchas. Entonces no entiendo esa cara que me estás poniendo, con las babas manchando el suelo del plató. Es como si quisieras perder el control sobre tus instintos básicos lobunos para pegarme un buen bocado.
Hombre Lobo: (Aullido lastimero). Chico, es que son tantos años desde que no se me ha tentado con un filete de ternera.
Pechuga de Pollo: Yo de vacuno tengo poco, eh.
(Se escuchan cuatro disparos de escopeta)
Pechuga de Pollo Mutante: Bueno, doy por finalizada la entrevista con el hombre lobo más patético que pueda uno tropezarse en plena medianoche con la luna llena influyendo mala cosa. Ahora espero que alguien se lleve al Godofredo Peludo al foso de las hienas, que las pobres están en los huesos.





2 comentarios:

  1. ¡Flipa, tío! Menudo hombre lobo. ¡Si no le llega ni al ombligo, hua hua! muy bueno. saludos.

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  2. Hola, Tateri. Es que este hombre lobo era la oveja negra de la familia, ja ja.
    Un abrazo. :) Y gracias por dejarte caer por Escritos.

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Estrenando Sobresaltos y temblores

A esta fecha nace Sobresaltos y temblores. Un blog predispuesto hacia el género del terror en su faceta de imágenes y relatos.

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