martes, 27 de septiembre de 2011
Medianoche de las Bromas Pesadas e Inhumanas... (Episodio Segundo). ¡Jua! ¡Jua! ¡Jua!
Tras la primera bromita inocentona gastada a Croqueta Andarina, ahora toca disfrutar de una nueva sesión de gamberrismo elevado al cubo. Acomódense en sus butacas y sofás con sus palomitas de maíz y unas cuantas cocas colas bajas en calorías. Porque - ¡tarí-tará! - corresponde pasarlo en grande presenciando las desventuras de la segunda víctima escogida para este show de entretenimiento lúdico festivo de la medianoche...
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Jajaja muy bueno :) pobre Pechuga de Pollo mutante.
ResponderEliminarEste cuentito esta de miedo, mas si me pongo en el lugar de la pechuga de pollo ji ji. Me dió mucha risa las comparaciones que hace.
ResponderEliminar¡Saludos con el empleo de una voz gutural, La atalaya de la bruja! Ja, ja.
ResponderEliminarNo hay nada como divertirse uno a costa de sus pobre empleados. Les pago una miseria y encima cuando se quejan de ello, ¡toma bromazo de tomo y lomo!
No, si tienen a un jefe de lo más innombrable...
Recibe un fuerte abrazo de momia petrificada, acompañado de la sonrisa dentuda pertinente. :D
¡Hola, BELLARTE! A mi, como autor de la bromita, no me dio miedo, ja ja. Si no risa, y de las gordas. No veas luego el vendaje que tuvo que llevar Pechuga de Pollo Mutante durante siete meses y medio. En la enfermería se agotaron los vendajes, y se tuvo que saquear la tumba de cuatro momias en el Museo Histórico de Waterloo para terminar de curarlo, ja ja. Encima las pobres momias pillaron un constipado de aúpa.
ResponderEliminarRecibe un abrazo de lo más educado, además de la sonrisa, no del Jóker, sino del vampiro de los colmillos más largos de Pamplona, ja ja. :)
Me encanta tu blog. Se acabö las vendas y usó las de cuatro momias aparte OMG debe estar rrre gorda la condenada pechuga¡¡
ResponderEliminarEstupendo!!
ResponderEliminarEstoy tomando nota para mejorar las relaciones con mi personal, jeje.
Un abrazo!
Eres un fenomeno, Robert. Cada vez me sorprendes más. Por eso te he votado enlos premios bitecoras. De nada. Un beso
ResponderEliminarJa ja ja ja ja, aiisss, con Pechuga de Pollo Mutante, que acabado chamuscadito el pobre. En fin, un abroma es una broma, ¿no?
ResponderEliminar¡Hola, nuevamente BELLARTE! Confidencialmente, Pechuga mide un metro noventa y dos y pesa doscientos kilos...
ResponderEliminar¡pero no está gorda!
Digamos que... ligeramente sobredimensionada, je je.
Un saludazo pesadillesco. :)
Hola elcoleccionistademomentos, amigo Luigi. ¡Encantado de verte vivo entre quienes habitamos la blogosfera! Aunque ya sabes, siempre tendrás un hueco en mi castillo cuando te transformes en zombi, ja ja.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, compi. :)
Meg, eres un pedazo de cielo (que no me oigan mis depravados lacayos, que podrían tratar de vender esta conversación a la prensa amarilla sensacionalista: "Un vampiro pierde los colmillos afilados y los reemplaza por un corazón de felpa, puaj".
ResponderEliminarGracias por votar a favor de Escritos en los premios Bitácoras. Nunca olvidaré que eres de mis primeros seguidores, cuando hacía dos años Escritos ni lo leía yo, que ya es la repera, je je.
Un pedazo de abrazo atosigante y una foca disecada que te envío como compensación por los votos. Lo puedes ubicar en el vestíbulo de tu casa. Quedará muy chulo, sobre todo por el ojo que le falta y la lengua que le sobresale cuando al pobre bicho le dio un ataque de miocardio al ver la cercanía de una orca asesina, ja ja. :)))
¡De eso se trata, amiga y coleguita humana Nerea! Era una broma. Una gracieta. Que estuviese siete meses de baja y con el cuerpo untado en baba de caracol durante todo ese tiempo es una menudencia con lo bien que lo pasamos el resto de la cuadrilla de Escritos. Reseñar el salto que pegó sobre la falsa cama cuando ya se dio de cuenta que en realidad el colchón era una parrilla al rojo vivo, ja ja.
ResponderEliminarUn saludete de lo más gordete. :))