martes, 3 de mayo de 2011

Una ventana a la añoranza. (Relato breve con ilustración original del autor).

Con extremo cansancio físico, se fue aproximando a aquella que fuera antiguamente su morada.
Era una noche de luna nueva con las nubes amenazando la inminente descarga de una tormenta inmisericorde.
La hierba amortiguaba el paso desigual de sus pies descalzos y descarnados.
Le pesaban los párpados. Unas lágrimas gelatinosas empañaban su visión...
Con las mandíbulas permanentemente separadas, mostrando las piezas dentales que le quedaban encajadas en las ennegrecidas y sangrantes encías de su enloquecida sonrisa.
La ventana más próxima concitó toda su atención, dejándose apoyar con las palmas contra el cristal, atisbando a través de ella hacia el interior de la estancia.
Unos simples retazos de sus antaño prolíficos recuerdos consiguieron hacer aflorar un cierto sentido de añoranza en su conciencia adormecida para el resto de la eternidad.
Abrió por completo su boca supurante, recubriendo el vidrio con la saliva grumosa.
Una porción de tejido de su mano derecha quedó prendida en el marco externo astillado de la ventana.
Las primeras gotas surgidas del firmamento nublado perlaron su rala cabellera.
La luna fue revestida y desposeída de innumerables velos grises de apariencia arbitraria nada sugerentes en belleza al poderoso impulso veleidoso del viento.
Las horas de la madrugada se fueron sucediendo, hasta que la primera claridad del día trajo la cordura de los mortales.
Unas voces masculinas clamando en voz alta entre maldiciones.
La puerta principal de la casa abierta casi a patadas.
Pisadas presurosas dirigidas hacia la parte trasera de aquel lugar.
Sin dejar de permanecer hipnotizado y extasiado frente a la ventana, recibió innumerables disparos de sendas escopetas, acompañados de los desesperados deseos 
- ¡Por Dios! ¡Déjanos en paz y muere de una vez, padre!
de quienes habían sido sus propios hijos.


8 comentarios:

  1. jejeje, hay que clavar bien el ataúd

    ResponderEliminar
  2. Al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver

    ResponderEliminar
  3. Así es DDmx. Mejor quedarse uno soltero para la eternidad, con un canario como único animal de compañía, je je.

    ResponderEliminar
  4. ¡Hola, LoboViejoVerde! Yo utilizaría pegamento loctite, ja ja. Y luego una tonelada de hormigón armado, para luego aprovecharlo como base de un chalet. :)

    ResponderEliminar
  5. Hola, xurxo. En este caso, es difícil de discernir si este zombi fue feliz con su familia. A lo mejor lo único que añora es su casa...

    ResponderEliminar
  6. Hola, Nerea. Bueno, al menos tiene casi las mismas vidas que las de un gato, ja ja.

    ResponderEliminar

Estrenando Sobresaltos y temblores

A esta fecha nace Sobresaltos y temblores. Un blog predispuesto hacia el género del terror en su faceta de imágenes y relatos.

Entradas populares